El emprendedor Luis Costa, fundador de la sala de conciertos “El Veintiuno” de Huesca explicó a los socios del Club de Opinión Lucas Mallada su intensa trayectoria profesional, salpicada de éxitos, fracasos, pasión y numerosas anécdotas que le han llevado a convertirse en gestor cultural autodidacta, y conseguir que esta sala de apenas 100 metros cuadrados y aforo para 100 personas, haya sido reconocida como una de las mejores de España en programación musical.
La magia de esta pequeña sala, que facilita un ambiente más íntimo tanto para el grupo como para el público, ha conseguido que en su pequeño pero versátil escenario hayan actuado artistas como Sidonie, Delafé, Mikel Erentxun, Iván Ferreiro, Dorian, Kiko Veneno, Izal, Coque Malla, Ariel Rot, Def con Dos, El Columpio Asesino, Rubén Pozo, Christina Rosenvinge, Dani Fernández, Viva Suecia, Zahara, Shinova, La Guardia o Reincidentes, atrayendo a espectadores de toda España. Por ejemplo, Izal pasó de tocar ante 8.000 espectadores en el Palau Sant Jordi de Barcelona a actuar ante cien personas en Huesca.
INICIOS COMO FUTBOLISTA
Costa, nacido en Grañén, y “de familia de fontaneros”, explicó a los asistentes su inicio de carrera como futbolista. “Estuve cuatro años viviendo exclusivamente del fútbol de manera profesional, empezando en Almería, luego Murcia, Castellón y Menorca”. Pero su camino se truncó a los 22 años, de forma inesperada. “Dos días antes de irme al Valencia B, con todo firmado ya, tuve la mala suerte de romperme el ligamento cruzado de la rodilla. Fue un golpe durísimo, porque no sabes cómo te vas a recuperar, y todo cambió. Mi novia entonces vivía en Murcia y decidí pasar allí los seis o siete meses de recuperación, y seguir con mi carrera de Magisterio”.
En Murcia descubrió otra faceta profesional que marcaría el nacimiento de “El Veintiuno” y su trayectoria posterior. “Allí salía mucho a ver conciertos de grupos que me encantaban en salas pequeñitas y pensaba que podíamos tener algo así en Huesca, aunque fuera una ciudad con muchos menos habitantes”, explicó. Cuando Luis Costa regresó a jugar a fútbol, una vez recuperado, era ya otra persona, con otras inquietudes.
EL VEINTIUNO NACE EN 2010
La idea de “El Veintiuno” surgió hablando entre bromas con su amigo Joaquín Ponsa, jugador entonces de la SD Huesca, mientras Costa estaba en el Sporting Mahonés. “Ambos llevábamos el 21 en la camiseta, fantaseábamos con abrir un bar de copas con ese nombre, con música diferente, y lo acabamos abriendo en diciembre de 2010. Y en siete meses fue un boom, un éxito, pero yo no me sentía realizado, y me empeñé en organizar conciertos allí”.
Con pocos medios y muchas ganas, empezaron a programar pequeños conciertos acústicos sobre un escenario móvil que tenían que cargar a hombros y colocar en cada actuación. Costa recuerda con cariño que “era todo un poco loco, pero a mí ya me encantaba negociar con los artistas y traer grupos a Huesca que llenaran la sala, me apasionaba generar movimiento cultural en la ciudad”.
Su punto de inflexión fue el concierto de Dorian, el grupo catalán de “indie” que en aquel momento estaba teniendo éxito a nivel nacional. “Conseguí el teléfono de su manager y les convencí para que empezaran la gira aquí en formato acústico, dándoles todas las facilidades para ir a buscarles y después llevarles a Valencia para su siguiente concierto”. La aventura, con pinchazo incluido, resultó un éxito. “Las entradas, que entonces eran solo físicas, se agotaron en minutos, y metimos aquí 200 personas, un caos”.
Con pocos medios pero muchas ganas, implicación máxima y algo de picaresca, el crecimiento de la sala desmontó cualquier previsión. Luis Costa explicó entre risas todas las tretas, triquiñuelas y estrategias que ideó para convencer a los managers y grupos para que fueran a tocar a “El Veintiuno”. Desde hacer que la sala pareciera más grande en las fotos que enviaba, hasta contar con la ayuda de Eva Naval, de Carita Bonita, para contactar con los grupos musicales por redes sociales, o agasajar a los artistas con mimo durante su estancia en Huesca para que se fueran contentos aunque fuese una sala pequeña.
Cuando “El veintituno” solo contaba con un año de vida y había programado muy pocos conciertos esporádicos, Costa consiguió que Iván Ferreiro, ex líder de “Los Piratas”, tocara en la sala. “Fue un gran paso, y aún no sé cómo lo conseguimos. Yo me lo pasaba muy bien con el tema de las copas y la noche, pero me di cuenta que lo que me emocionaba era traer grandes artistas a Huesca”.
Luis Costa aún siguió jugando al fútbol en Tercera y Segunda B, pero la sala era su vida y hacia 2012, ya estaban programando unos 70 conciertos anuales, llegando a traer a grandes artistas como El Columpio Asesino, La Habitación Roja, Nacho Vegas, El Drogas (tras dejar Barricada), Rayden…
PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS
En 2013, con una aguda estrategia y el apoyo de sus amigos, consiguió que “El Veintituno” fuera nombrada la octava sala de conciertos más importante de España por la revista especializada Rockdelux, codeándose con las grandes como la Sala Apolo. “En esa primera ocasión, tengo que confesar que aproveché que había una votación de especialistas musicales pero también otra popular, y puse a votar a todos mis amigos. Estuvimos tres semanas votando a muerte”, explica divertido. En los años posteriores, “ya no hubo trampa”, comenta. “Yo sabía que lo que estaba pasando aquí era especial y había que contarlo, y conseguimos que los periodistas especializados supieran qué hacíamos en esta sala. Y al año siguiente ya fuimos los segundos de la lista”.
Aun así, Luis Costa reconoce en todo momento que la sala no era rentable. “No ganábamos dinero ni con las copas ni con los conciertos, y cada vez debíamos más dinero. No entendía cómo no ganábamos, si la sala siempre estaba a tope”.
PROMOTOR MUSICAL Y GESTOR DE FESTIVALES
La sala se quedaba pequeña y en 2014 decidió dar un paso más creando “El Veintiuno Producciones”, para poder programar en otros espacios. Los premios y su destreza gestionando con pocos recursos les sirvieron como altavoz para demostrar que podían llevar conciertos de calidad a todo tipo de espacios, y empezaron a trabajar para las instituciones.
Llegó el momento de cambiar de socios, entraron Laura y Miguel Ángel con el 50 % de la sociedad, y el contacto directo con muchos artistas durante los años anteriores, le abrió puertas para iniciar una trayectoria como promotor musical para ayuntamientos en grandes espacios. “El de Barbastro fue el primero en confiar en nosotros para programar los conciertos de sus fiestas. Yo solo tenía 27 años y con 12.000 euros conseguimos traer a artistas como Siniestro Total, Sidecars (hermano de Leiva), o Miss Caffeina. Perdimos 700 euros, pero es verdad que Barbastro lo seguimos programando todavía”.
Y pasaron de organizar conciertos para unas pocas decenas de personas a hacerlo para miles. Su fama les llevó a responsabilizarse de la programación musical de las fiestas de San Lorenzo en 2016, trayendo artistas como Amaral, Loquillo, Dorian, Ilegales… y de 2017, con grupos como Fangoria, Love of lesbian, Rosendo o Leiva… “Llegamos a meter en ese recinto casi 50.000 personas. Pero, así como en 2016 nos dieron unos 96.000 euros de presupuesto, en 2017 bajaron a 78.000, y en 2018 bajaron a 50.000 euros, y ya no nos presentamos”.
Cuando llegaron las fiestas de “San Mateo” de Logroño en 2018, “El Veintiuno” ya funcionaba con holgura y desbancaron a la empresa que llevaba veinte años encargándose de los conciertos en estas fiestas patronales. “Fue lo más difícil que he hecho en mi vida, solo tenía 33 años, pero nos dijeron que habían sido las mejores fiestas de la historia”, relató Luis Costa.
ETAPA COMO SALA DE CONCIERTOS
La empresa empezaba a crecer y a recibir encargos de todo tipo. “Me llegué a plantear traspasar la sala, porque programar conlleva mucho estrés, pero todos me decían que la marca era El Veintiuno, y en 2019 decidí cerrar como bar de copas y solo abrir como sala de conciertos. Desde entonces, es rentable y se ha convertido en una sala mítica”.
Luis Costa y su equipo siguieron luchando durante la pandemia y, tirando de creatividad y valentía, se convirtieron en la primera empresa nacional en organizar algo tras el Covid, a finales de 2021. “Montamos un ciclo en Huesca que se llamó A escuchete y trajimos a M-Clan, Amaral, Kiev cuando nieva, a Guitarrica de la Fuente, Kiko Veneno…”.
Centrados en la gestión cultural, en la actualidad la sala El Veintiuno se convierte en oficinas desde mayo hasta octubre, porque la rentabilidad y su nicho de negocio se focaliza ahora en la programación de festivales, fiestas patronales y otros eventos, con música de diferentes estilos y públicos.
En el campo de los festivales, en los últimos años han sido capaces de crear proyectos propios o poner su sello en eventos como el Festival Monasterio de Veruela, Aragón Sonoro en Alcañiz, Brizna en Ayerbe o Metro en Almudévar, que se celebrará en junio. “Nos hemos ido reinventando, hemos echado mucho esfuerzo y pasión en esto_rememora Costa_, pero mirando atrás, cualquier otro hubiera tirado la toalla hace mucho tiempo. He estado al límite económico muchas veces, de no poder más, pero sabía que El Veintiuno era un proyecto especial. La gente que viene de fuera, alucina. El 100 % de taquilla es para los artistas, yo me quedo solo con la barra, e intento cuidar mucho a los artistas”.
“El Veintiuno” se ha mantenido durante estos años en los cinco primeros puestos como sala de conciertos en la lista de Rockdelux, contribuyendo a posicionar Huesca como lugar privilegiado en el mapa cultural a nivel nacional, y programando unos 30 conciertos anuales.
Tras su charla, Luis Costa recibió la admiración y aplausos de los socios del Club de Opinión Lucas Mallada ante su lucha como emprendedor, y respondió las preguntas relacionadas con sus gestiones con distintos grupos musicales, su trayectoria como gestor y sus anécdotas como empresario que ha tenido que emplear el ingenio para sobrevivir.
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